4 de octubre de 2025

La primavera de Eduardo Verano

Por Álvaro Lastra Jiménez*

En la política la crítica se recibe con sentido democrático, y es así como recibo la columna de Laura Ardilla en el Espectador «El Invierno de Eduardo Verano». No obstante, en este caso, cabe señalar que existen contra-argumentos que bajan de la nube a esos planteamientos con ribetes electorales.
En efecto, no han sido fáciles los poderes a los que se ha enfrentado Eduardo Verano, y por eso -hasta en su mismo partido liberal- lo han neutralizado, como cuando le negaron el tiquete presidencial en la Convención de Cartagena.
No han sido los Char su dolor de cabeza. Han sido los poderes que han representado el control territorial del Estado, al que ven amenazado ante lo que representa Verano sobre la regionalización y la autonomía regional, que si hubiera llegado a la Presidencia otra sería la historia del ordenamiento territorial y de las regiones colombianas. La simple hipótesis de una posible desintegración del territorio -en un país donde no se ha consolidado la paz- le cerró el paso a Verano en su camino al Palacio de Nariño.
En ese momento, hasta conservadores independientes lo apoyamos en «Colombia País de Regiones», y, en lo personal, no me arrepiento; fue una epopeya Caribe que valió la pena.
Pero la lucha por más espacios de libertad y de autonomía presupuestal para las regiones -aunque sea dificil- continúa; no nos podemos cruzar de brazos ante un diseño institucional que golpea los esfuerzos regionales por el desarrollo. Estoy seguro de que en esta tercera gobernación llegará «La Primavera de Verano», porque él sabe perfectamente la ruta a seguir de cara a los macro objetivos, y tiene la talla de estadista para liderar procesos con los demás gobernadores del país que se identifiquen con su bandera, que es la bandera de las regiones.

  • Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad del Atlántico. Doctor en Derecho.

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