
Por ANUAR SAAD
Desde hace varias semanas, y a medida que se acerca el esperado concierto de la cantante Shakira en Barranquilla las noticias especulativas sobre su arribo, sus gustos, sus caprichos, su performance, su reciente enfermedad, el talento de sus hijos, los chismes sobre Piqué y Clara Chía, sus caderas, su talentosa voz y sus gustos gastronómicos, ya se discutían en la agenda de los medios de comunicación y en todas las redes de la ciudad y la región.
Las salas de redacción de prestigiosos periódicos se movilizan para dar despliegue a uno de los sucesos de la farándula que más ha impactado a la ciudad en su historia: la reina de las caderas que no mienten estará de concierto en Barranquilla.
En las redes sociales se acumulan post de fanáticos, visitantes y curiosos que rodean la estatua de la diva en el Malecón cómo si estuvieran adorando a una deidad después de un favor recibido. Nunca antes una estatua en el país había sido tan fotografiada y comentada en redes haciendo juego con la luz del atardecer
Hoy, el solo hecho de que estuvo hospitalizada en Lima y canceló un concierto, hizo temblar al país como un “crash” en la Bolsa de Nueva York, lo que ratifica sin dejar lugar a un asomo de duda, de que la Shakira de hoy, a sus 48 años, sigue siendo la artista más importante y completa que haya parido no solo su Barranquilla del alma, sino el país: canta, baila, compone y su performance es un show de ligas mayores.
Hace un poco más de ocho años, cuando la cantante estuvo en la ciudad para la grabación del video de la canción “La bicicleta”, en compañía de Carlos Vives, la ‘shakirizacion’ de la agenda se debatió entre “trascendentales’ hechos que incluían si la artista saludaba desde el balcón, comía patilla en la calle o mojaba sus pies en el mar.
Hoy, el solo hecho de que estuvo hospitalizada en Lima y canceló un concierto, hizo temblar al país como un “crash” en la Bolsa de Nueva York, lo que ratifica sin dejar lugar a un asomo de duda, de que la Shakira de hoy, a sus 48 años, sigue siendo la artista más importante y completa que haya parido no solo su Barranquilla del alma, sino el país: canta, baila, compone y su performance es un show de ligas mayores.
El seguimiento popular a la artista a pocos días de su esperado concierto, ha hecho viral un post de X, en el que se ve en vídeo a una camioneta de alta gama, custodiada por policías, que se detuvo presuntamente a comprar un arroz de lisa callejero. Dicen, que la mujer de la camioneta, era Shakira dando rienda suelta a uno de sus antojos más pregonados.

La imagino también visitando un restaurante árabe pidiendo una buena ración de kibbe crudo, parando en una esquina tomando jugo de corozo y buscando a un vendedor trasnochado que le ofrezca bolsas de mamoncillo o ciruelas, y tras de ella, los celulares agazapados dispuestos a inmortalizar la escena.
He escuchado conversaciones de fans desesperados tratando de conseguir por cielo y tierra a ‘revendedores caritativos’ que les vendan una boletica así sea en dos millones de pesos y a otros haciendo lobbies a políticos y periodistas de farándula para ver si ‘de caridad” les sobra una entrada para que se las regalen.
Este fenómeno que se siente en la ciudad me hace acordar la ‘juniormanía’ que se sentía en las calles en la época de El Pibe, en la de Giovany Hernández y en el mejor momento de Teo. La ciudad que la vio nacer engalanó su Gran Malecón del Río para honrar a su artista más querida en medio de música, luces y danzas de Carnaval.
Barranquilla –y el país– están en cuenta regresiva esperando el ansiado concierto que abre la gira en Colombia mientras que la música de la cantante barranquillera retumba por doquier en todos los rincones y se empiezan a rememorar historias como la de su paso por los antiguos corredores de “La Enseñanza” y su recordada anécdota con su profesor de canto que sigue saltando de boca en boca.
Lo cierto es que este año el Carnaval de Barranquilla no empezó, como siempre, con la lectura del Bando y La Guacherna. Barranquilla en realidad está de Carnaval desde la confirmación de que la más grande de todas, Shakira, la que les recordó a sus seguidoras que ya “las mujeres no lloran: facturan” se presentaría en doble jornada en su tierra natal el 20 y el 21 de febrero
Mientras tanto, los que no tuvimos la oportunidad o el dinero para comprar un par de boleticas, tendremos que conformarnos divirtiéndonos con las especulaciones y chismes en redes, leer las reseñas de prensa y, por qué no, tomarnos una foto con el atardecer de fondo, con la majestuosa estatua de la diva en el Malecón.
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