14 de octubre de 2025

Adiós al maestro: murió Juan B. Fernández Renowitzky, director consejero de El Heraldo

ANUAR SAAD

Juan B. Fernández Renowitzky, el hombre que por décadas condujo las páginas de El Heraldo y que con su pluma y su visión marcó generaciones enteras de periodistas, murió este lunes en Barranquilla.

Con él se va un referente de la prensa libre en Colombia, pero queda intacto el legado de un maestro que supo darle voz y dignidad al Caribe.
Falleció a sus 99 años, acompañado por su esposa Elisa Noguera de Fernández, su hijo Juan B. Fernández Noguera y demás familiares.

Fernández fue mucho más que un director de periódico. Era un liberal convencido, de esos que defendían la autonomía regional con el mismo ahínco con el que reclamaban la libertad de prensa.

En los años más oscuros de la violencia política y las presiones sobre los medios, mantuvo una postura firme: la prensa no se arrodilla. Esa convicción lo convirtió en un guardián de la democracia y en un ejemplo para quienes lo rodeaban.

Su liderazgo se hizo sentir más allá de la sala de redacción. Como constituyente de 1991, aportó a la construcción de un país que soñaba con nuevas reglas de juego, más incluyentes y democráticas. Allí, como en su oficio diario, defendió los principios de la libertad y la descentralización, convencido de que las regiones debían ser protagonistas de su propio destino.

En las oficinas de El Heraldo todavía resuena su voz serena, su manera de orientar sin imponer, de enseñar con paciencia. Fue maestro de muchos de los grandes periodistas que hoy honran la profesión en Colombia. Quienes lo conocieron lo describen como un hombre riguroso, pero cálido; exigente, pero generoso, dueño de un agudo sentido del humor.

Hablar de Juan B. Fernández Renowitzky es hablar de un periodista que entendió el oficio como un servicio público, no como un privilegio. Que asumió la palabra con responsabilidad y que supo abrir espacios de debate y reflexión desde la orilla norte del país hacia toda Colombia.

Gracias a su voz y a su empeño desde la dirección de El Heraldo la región encontró un lugar en la conversación nacional. Porque supo ser puente entre la tradición y la modernidad, entre las luchas locales y los debates nacionales. Y porque en cada línea publicada bajo su dirección quedó grabada la convicción de que la prensa es, por encima de todo, un acto de libertad y El Heraldo era, como se lo enseñó su padre el fundador Juan B Fernandez Ortega “un acto de buena fe”.


Juan B. Fernández Renowitzky será recordado no solo como el director emblemático de un periódico, sino como un símbolo de dignidad para el periodismo colombiano, un constituyente que creyó en la democracia y un maestro que nunca dejó de formar discípulos.

Los que hicimos parte de ese diario y estuvimos bajo su dirección conocemos de primera mano la entrega, dedicación y esmero con que se mantuvo siempre al pie del cañón, mientras la salud se lo permitió, para llevar siempre la mejor información a todos los hogares.

Un abrazo de condolencia a su esposa Elisa, a su hijo Juan B Fernández Noguera y a todos los periodistas que de una u otra forma fueron tocados por sus enseñanzas.


¡Buen viaje maestro!

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