El Metropolitano era un infierno y el DIM lo supo pronto. A los 30° centígrados que hacía cuando empezó el partido se le sumó una humedad del 74% y el canto furioso, estremecedor de la afición barranquillera que retumbaba en el eco del estadio.
En los primeros minutos del partido el Medellín entró en shock. Sus jugadores estaban en un letargo que los tenía lentos, confundidos. Junior, por su parte, estaba eléctrico, dispuesto a comerse a su rival y lo logró: al minuto 4, Carlos Bacca sorteó la marca de los defensas del rojo, pateó con fortaleza y venció a Mosquera Marmolejo.
Celebró con la serenidad que da la experiencia. Esa anotación dejó atónito al plantel dirigido por Alfredo Arias. Los volantes centrales, Jaime Alvarado y Daniel Torres, que han sido los pilares del equipo durante todo el semestre, empezaron a entregar mal el balón, a perderlo en zonas prohibidas. En ataque, Pons, León y Cetré se veían perdidos.
Junior lo aprovechó y, en una jugada de ataque vertiginosa que empezó en su terreno y terminó en el área del Poderoso, José Enamorado anotó el segundo gol. Iban 16 minutos y parecía que el cuadro tiburón iba a seguir de largo porque Medellín no salía de su conmoción.
Cambió la dinámica del juego
El calor golpeaba fuerte. Los jugadores de ambos elencos sudaban a mares. El juez central paró el partido para que los deportistas se hidrataran. Alfredo Arias, que estaba desesperado, aprovechó el momento y le llamó la atención a sus jugadores. Los invitó a la calma, a hacerse con el balón.
Le hicieron caso. Mientras que Junior armó un bloque defensivo sólido, el Equipo del Pueblo se quedó con la posesión de la pelota (terminó el primer tiempo con el 62% del dominio). Eso le vino bien a los rojos, que al minuto 40, después del primer tiro de esquina que consiguió, puso el descuento con anotación del defensa central José Ortiz, que cumplió la ley del ex.
Atacar, pero no concretar
En el segundo tiempo, el DIM salió a presionar. Buscó ahogar al equipo local en su zona del campo y lo logró. El calor bajó y el Rey de Corazones se vio diferente: más dinámico, dueño de sí mismo, más parecido a lo que mostró durante todo el torneo.
El cuadro rojo fue incisivo en ataque y tuvo varias opciones claras de gol que no pudo concretar. En los paisas ingresaron Diego Moreno y Ánderson Plata y entraron bien, tenían cerca el 2-2.
De nuevo la hidratación…
Pero, igual que en la primera parte, la dinámica de juego cambió después del parón para que los jugadores se hidrataran. Solo que esta vez el beneficiado fue Junior. Sus jugadores volvieron dinámicos, veloces, revitalizados. Así fue como llegó el segundo gol de Carlos Bacca en el partido (18 tantos en Liga).
Dio la sensación de que el juego iba a terminar con una ventaja de dos tantos para Junior. Sin embargo, faltando 4 minutos para el final del tiempo reglamentario, hubo un tiro libre en favor del rojo. Diego Moreno anotó de cabeza su séptimo tanto del semestre.
Es cierto que Junior ganó. Sin embargo, la ventaja es corta y la final quedó abierta para definirse el próximo miércoles, en el Atanasio (8:00 p.m.) en la vuelta.
*Con información de El Colombiano.
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