
La voz del Ruiseñor del César, el Jilguero de América, el hombre que acompaño con su canto vallenato por más de cincuenta años a los fanáticos de la música vallenata, el intérprete de los éxitos que acompañaron a generaciones de fanáticos de la música de acordeon, Jorge Oñste, falleció en la madrugada de est domingo en Medellín.
Solo hace un día sus familiares habían pedido oraciones por la salud del cantante y en las últimas horas se solicitaba sangre para el interprete quien después de más de un mes de luchar por su vida, perdió finalmente la batalla.
El cantante murió en Medellín, Antioquia, a donde fue trasladado para tratarle complicaciones renales y de páncreas. El cantante pasó sus últimos días en el hospital Pablo Tobón Uribe.

Hoy el.mundo vallenato enmudece ante la perdida de uno de sus más grandes y representativos exponentes laureado por sus éxitos e inspirador de muchos artistas de la nueva generación de cantantes de la música de caja, Guacharaca y acordeon.
Sus éxitos marcaron épocas y páginas gloriosas del folclor nacional. Temas como El cariño de mi pueblo, La gordita, Volví a llorar, Nido de Amor y Mujer Marchita, entre otros muchos, están impresos en la memoria sonora de los amantes del género musical.
Nació el 31 de marzo de 1949 en La Paz, pueblo donde siempre era objeto de cálidos homenajes y al que llevaba muy presente en su alma. Oñate se caracterizó por su sensibilidad y habilidad para el canto. Descendiente de una cuna de acordeoneros, a los 12 años, cuentan, se volaba para colarse en las parradas y escuchar a los juglares.
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Los inicios del Jilguero en la música vallenata estuvieron fuertemente marcados por la influencia de Juan Oñate, su abuelo, y por su tía Julia Martínez, quienes le alcahueteaban su amor por el vallenato y lo protegían de los castigos de la mamá, que no quería que «tomara un mal camino»

Fue por ello que, motivado por alejarlo del camino de la parranda, Jorge Oñate fue trasladado a Bogotá , donde sin embargo lo siguió la inspiración. En la capital, tuvo contacto con su familiar Alonso Fenández Oñate, compositor, político y abogado, quien lo invitó a cantar, según anota un informe sobre la vida del cantante que público Blu Radio.
Así fue como empezó su espectacular e imparable carrera el ‘jilguero de América’.
Su primer larga duración fue grabado y hecho público en 1968 y fue producido por el estudio bogotano Vergara. A pesar de no haber representado un éxito, la potencia de su voz y su notable afinación, marcaron la diferencia en el vallensto.
Pero fue cuando Jorge Oñate se integró al grupo de los Hermanos López, que empezó a cosechar grandes éxitos. Entre 1970 y 1975 grabó nada menos que ocho discos.
Tras cumplir su etapa con los Hermanos López, Jorge Oñate grabó el disco ‘La parranda y la mujer’, de la mano de Emilianito Zuleta.
Después vino su colaboración con Nicolás Colacho Mendoza, con quien sacó cuatro álbumes.
En 1978 grabó con el ‘Chiche’ Martínez y ese mismo año empezó a cantar con Juancho Rois, una de las épocas más estelares de su producción musical. En 1981, con el disco Ruiseñor de mi valle, se ganó el título del ‘Ruiseñor del Cesar’.
En su fructífera carrera Oñate alcanzó importantes premios: recibió en Las Vegas, en 2010, el Grammy a la excelencia musical. Además, ganó 10 Congos de Oro y un Súper Congo de Oro. En total, tuvo más de 25 discos de oro, así como muchos de platino y en 2011 se le concedió la Cruz de Boyacá.
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