
ANUAR SAAD
La voz pausada, franca y llena de certezas de Jorge Humberto Klee se apagó a los 87 años, pero su eco quedará resonando por siempre en el Caribe colombiano. Falleció el decano de los periodistas deportivos de la región, un hombre que no solo narró peleas memorables de boxeo, sino que también formó generaciones enteras de comunicadores sociales, convencido de que el periodismo debía ejercerse con ética, pasión y respeto.
Nacido en Barranquilla el 18 de septiembre de 1937, Klee supo desde temprano que la palabra sería su oficio y su destino. Con una disciplina férrea y una sensibilidad única para leer la realidad, levantó desde los cimientos la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Autónoma del Caribe en 1976, diseñando el primer currículo académico y convenciendo a decenas de jóvenes, que venían de la práctica empírica en cabinas de radio y redacciones, de que la universidad era el lugar para profesionalizar su vocación.
Pero Jorge Humberto no solo fue maestro en las aulas. También fue un referente mundial del boxeo, deporte al que dedicó buena parte de su vida. Fue Comisionado Nacional de Boxeo y Miembro Honorario de la Asociación Mundial de Boxeo, con la que recorrió países y supervisó combates por títulos mundiales.

Jorge Humberto Klee acompañado del amor de su vida: su esposa, Cielo Reales.
Su autoridad, su seriedad y su carisma lo hicieron respetado dentro y fuera del cuadrilátero. Al mismo tiempo, tuvo tiempo para soñar en grande con otros deportes: fue fundador de la Liga de Voleibol del Atlántico. En su vida privada, el maestro encontró en Cielo Reales de Castro, abogada y compañera de batallas, el amor sólido y cómplice de toda su existencia.
Hace poco más de un año, la muerte la arrancó de su lado, dejándole un vacío enorme que jamás logró llenar. Hoy, en su partida, muchos encuentran consuelo en la certeza de que, donde estén, volverán a estar juntos. Su matrimonio fue una historia de lealtad y ternura, un ejemplo de amor duradero en medio de las luces y sombras de la vida.
Su legado no se mide solo en títulos, programas o cargos, sino en las huellas que dejó en quienes lo conocieron. Estudiantes que aún lo recuerdan como “el profe Klee”, periodistas que siguieron su consejo de contar la verdad sin adornos, y boxeadores que lo respetaron por su rectitud. Su célebre frase —“El periodista es el varón y la noticia es la esposa, y los receptores son los hijos que hay que cuidar entregándoles una información veraz y equilibrada”— sigue viva como una declaración de principios sobre lo que significa ejercer el oficio.
Barranquilla despide a un hijo ilustre, un ícono de la radio y un educador incansable. Con él se va una época, pero queda la certeza de que sus enseñanzas seguirán guiando a quienes creen en el periodismo como un servicio a la sociedad.
Hoy, la última campanada de la vida suena para Jorge Humberto Klee, pero en el Caribe colombiano su nombre quedará escrito en letras firmes, como las de los viejos titulares de prensa que tanto amó.
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