13 de septiembre de 2025

Siguen sanciones económicas: Biden prohíbe importaciones de petróleo ruso

Como lo anticiparon funcionarios de la administración estadounidense, el presidente Joe Biden ordenó este martes el embargo sobre la importación de Estados Unidos de petróleo y gas ruso. Esta decisión se tomó «en estrecha coordinación con los aliados de Estados Unidos», según dijo Biden, en un momento en que los países europeos, mucho más dependientes de los hidrocarburos rusos, se resisten a adoptar igual medida. 

Biden dijo que entendía que «muchos de nuestros socios europeos pueden no estar en posición de unirse a nosotros. Estados Unidos produce más petróleo doméstico que todos los países europeos. Podemos dar este paso, mientras que otros no pueden». 

El presidente estadounidense señaló que la decisión es para no «subsidiar la guerra de Putin», pero también para manifestar que “Ucrania nunca será una victoria para Putin(…) Cuando se escriba la historia de esta guerra, la guerra de Putin en Ucrania habrá dejado a Rusia más débil y al resto del mundo más fuerte.”

Rusia representa menos del 10% de las importaciones estadounidenses de petróleo y productos derivados del crudo, lo que significa que el impacto en la economía más grande del mundo sería más fácil de soportar. 

Pese a que los estadounidenses están preocupados por la inflación, la mayoría de los ciudadanos y el mismo Congreso, apoyan este embargo y un aumento de los aranceles sobre otros productos rusos para «aislar aún más a Rusia de la economía global». 

Pero también están a favor de tomar medidas para bajar los precios del petróleo, incluida la liberación de más crudo de la reserva estratégica de Estados Unidos.

La misma Rusia había reaccionado a esa posibilidad, considerando que el embargo de este tipo tendría «consecuencias catastróficas para el mercado mundial», reaccionó el vice primer ministro ruso de Energía, Alexander Novak, quien también dijo que «el aumento del precio podría ser imprevisible y alcanzar más de 300 dólares por barril». 

Según Novak, es imposible sustituir rápidamente el petróleo ruso para el mercado europeo por una fuente alternativa. 

«Llevará varios años y será mucho más caro para los consumidores europeos, que serán las principales víctimas de este escenario», advirtió. 

Si la medida fuera unilateral por parte de Estados Unidos, «solo tendría un efecto limitado», destacó Louise Dickson, analista de Rystad. Pero «si Estados Unidos llegara a convencer a la Unión Europea de participar en un embargo, eso bloquearía 3,8 millones de barriles diarios de importaciones», añadió. 

Este lunes, los temores a un embargo occidental al sector energético ruso disparó el precio del petróleo y el gas natural, provocando la caída de los mercados bursátiles, que temen una ralentización de la economía mundial.

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