El debate sobre las armas en Estados Unidos vuelve a estar en el foco después de la matanza de Lewiston, en el estado de Maine, donde al menos 22 personas fallecieron el miércoles por la noche a causa de un tiroteo perpetrado por un hombre de 40 años.
Al ir a cara descubierta, la policía ha identificado al asesino. Se trata de Red Card, un instructor de tiro con antecedentes de violencia y con problemas de salud mental. También se cree que también había sido militar en la reserva, una información aún no confirmada por las autoridades.
Por no llevar tapado el rostro se pensó en una misión suicida. Sin embargo, tras los dos ataques armados con un fusil Ar-15 (primero en un restaurante y luego en una bolera) se dio a la fuga y a estas horas sigue en busca y captura.
Centenares de agentes han sido movilizados en el estado del noreste de Estados Unidos, cerca de la frontera con Canadá, para tratar de encontrar a Card. Las autoridades han pedido apoyo a la ciudadanía. Distribuyeron información del autor del tiroteo y una imagen suya. Al mismo tiempo, piden a ciudadanos de Lewiston y localidades cercanas que no salgan de sus casas.
También se cerraron antes los comercios y los colegios permanecerán cerrados este jueves hasta que no encuentren al individuo. «Si le ven, no se acerquen a él» porque «va armado y es peligroso». De momento solo ha sido localizado su vehículo en la población de Lisbon, a uno diez kilómetros de Lewiston, la segunda ciudad más grande del estado.
La policía no se atreve a dar «una cifra firme» y de momento se habla de entre 16 y 22 víctimas, aunque hay docenas de heridos y el número de muertos podría ir en aumento. Se trata del tiroteo más mortífero en lo que va de año en el país norteamericano y se teme que uno de los peores de la historia. El año pasado hubo 59.000 muertes a causa de las armas, una cada menos de diez minutos.
Medios estadounidenses señalan que Card era padre de tres hijos. Divorciado en dos ocasiones, tenía una orden de alejamiento de su última esposa. Detenido en ocasiones por violencia machistas, también tiene antecedentes de pornografía infantil y delitos sexuales en el registro.
Estuvo internado en un centro de salud mental durante dos semanas durante el pasado verano (al parecer escuchaba voces). Recientemente también había amenazado con disparar contra una base de la Guardia Nacional, la fuerza de reserva estadounidense formada por voluntarios.
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