
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajará el próximo martes a Kenosha, en el estado de Wisconsin, en el medio oeste de Estados Unidos, y escenario de los últimos enfrentamientos entre manifestantes y Policía a raíz de la agresión policial a Jacob Blake, un hombre negro de 29 años, que recibió siete disparos de los agentes en la espalda, y ha quedado paralizado.
“El presidente irá a Kenosha, Wisconsin, el martes. Se reunirá con las fuerzas del orden y examinará los daños de los recientes disturbios”, ha informado el portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, a la cadena CNN.
El tiroteo de Blake el domingo pasado es el último de una serie de incidentes grabados en video en Estados Unidos que han provocado manifestaciones en todo el país contra la brutalidad policial y el racismo sistemático.
El abogado de Blake, Patrick Cafferty, confirmó a DPA el viernes que el joven de 29 años ya no está esposado a su cama de hospital y que ya no estaba bajo vigilancia policial, muestra de que su cliente no fue considerado nunca un peligro.
Por contra, el sindicato de policías de Kenosha ha acusado al abogado del joven de “proporcionar ‘hechos’ falsos y engañosos al público”, y mantienen que Blake había luchado con los agentes durante el incidente que desembocó en los disparos y estaba armado con un cuchillo.
Mientras tanto, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra ha dicho que las imágenes de la operación policial sugieren que los agentes recurrieron a violencia innecesaria contra Blake.
Unas 600 personas que coreaban “Las vidas de los negros importan” marcharon pacíficamente el miércoles en Kenosha, Wisconsin, un día después de los violentos disturbios que se saldaron con dos muertos y un herido.
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