Por Anuar Saad
Después de 7 juegos sin conocer la victoria y con un futbol decadente, anticuado y obsoleto, por fin la directiva del Junior se atrevió a decirle al Bolillo Gómez que su historia en el equipo de Barranquilla, terminó.
Pero todo parece indicar que, aunque por fin se fue el antioqueño, lo que viene no es nada alentador. Arturo Reyes regresa a la dirección técnica. Suena increíble que un DT que terminó su campaña con más de 10 partidos sin conocer la victoria, lidere nuevamente el banco técnico del Junior. Buena dosis de masoquismo hay en las decisiones que tienen cada vez más desencatandos a los hinchas.
¿No sé piensa en iniciar un proceso? ¿Se trae al más fácil, más barato a apagar un incendio?
Y es que lo del Bolillo no daba más espera. No solo la falta de victorias, sino todo lo que viene con ello: un camerino destrozado, sin esquema técnico ni táctico definido, lleno de contradicciones que nadie entendió, dejando ir a los referentes del equipo y trayendo jugadores que poco han aportado al club.
La era del Bolillo Gómez en Junior — cómo la anterior de Reyes– suman a la lista de los descalabros de la junta directiva que parece que, o se les olvidó el fútbol, o ya les importa muy poco el equipo. Un equipo hecho con retazos sin pensar en la unidad colectiva. Un once que adolece de creadores y que en defensa jamás ha encontrado una figura competitiva.
La orfandad de goles se debe, entre otras cosas, a esa falta de creación y al desespero que da seguir órdenes de alguien que no encajó nunca en el espíritu rojiblanco. ¿Podrá Reyes revertir eso?
La llegada de un nuevo técnico, ya con el cuadro en el fondo de la tabla, no garantizará el milagro que la afición espera, y — perdóneme la sinceridad– menos si es Reyes. Hay que hacer más: dejar ir a jugadores de relleno y comenzar a pensar en grande para el próximo año a ver si por fin cesa esta horrible noche que atraviesa el Junior de Barranquilla.
Lastima, eso sí, que con el Bolillo Gómez no se vayan directivos y un puñado de jugadores –casados y solteros– que nada aportan a la institución.
Ojalá que Arturo Reyes haya aprendido de sus errores y de los de El Bolillo y en esta nueva oportunidad que asume las riendas del cuadro tiburón, muestre más fútbol. Más categoría, más liderazgo a ver si, por esos milagros de la vida, nos puede meter al octogonal.
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