Un especial de la Revista Semana relata la historia del subintendente Juan David Avella quien se convirtió en «Andrés», un joven adicto que desenmascaró a banda de narcos, tuvo que consumir cocaína y quedó atrapado en las drogas.
Desde muy joven, Juan David Avella, oriundo de de Duitama (Boyacá), encontró en la Policía Nacional y en sus valores la razón de su vida. Después de años de carrera y esfuerzo en la institución logró una admirable proeza: desarticular una peligrosa banda de droga en su ciudad de origen. Sin embargo, el costo que debió pagar fue muy alto.
Avella de 32 años, es el tercero de cuatro hermanos pertenecientes a una familia humilde de Duitama, Boyacá, decidió seguir su pasión por indagar, por servir y se convirtió en Policía. “Terminé entrando a la escuela (de policía) Rafael Reyes en el año 2005, en el mes de diciembre. Terminé mi curso y mi formación en el año 2006 y salí con mi grado de patrullero. Salí directamente para la especialidad de investigación criminal”.
Para hacerse amigo de los delincuentes, Avella tuvo que infiltrarse y cambiar de identidad, consumir drogas e ir a fiestas. Además, debió hacerse pasar como uno de ellos durante meses, hasta que con su cámara de espía pudiera obtener pruebas concretas de los hechos delictivos.
Recientemente, el policía aseguró que su superior no le vio problema a que consumiera drogas para capturar a los bandidos. El problema es que los meses de infiltrado en la operación ‘Fortaleza’, como se denominó este operativo, terminó por volverlo adicto a la cocaína.
Sin embargo, la proeza de desmantelar esa banda criminal, no le dio a Avella los resultados esperados: el ascenso a intendente que buscaba desde hace años. Esta desilusión, según reveló a la Revista Semana, quizás ayudó a que se refugiara en la droga y en el licor.
En cualquier caso lo peor estaba por venir pues una vez, luego de varios meses de consumo y recaídas, fue a comprarle drogas a unos travestis, pero terminó por perder el conocimiento. Se despertó en Santa Rosa, sin dinero, zapatos, ni correa y con un fuerte dolor en sus partes íntimas. Ese día Avella sufrió una violación, según el dictamen médico, seguidilla de hechos que lo sumió en una fuerte depresión.
Finalmente, los padres de este uniformado aseguran que la Policía no se hizo cargo de su proceso ni le pagó una respectiva rehabilitación.
Aunque las autoridades sostienen que están estudiando el caso, ciertamente el tiempo pasa y este joven sigue luchando por lograr la justicia que dice merecer.
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