POR ANUAR SAAD
Primero quiero dejar en claro de que soy de los que desea que todos, en especial la clase trabajadora, tenga mejores ingresos y pueda vivir mejor. Que con lo que ganen con su trabajo, alcance para satisfacer sus necesidades básicas.
El asunto, por desgracia, no es solo de deseo: es mucho mas complejo que decir alegremente: ¡Subamosle el sueldo a todos! y como si se tuviera una «varita mágica» ese deseo se volviera realidad.
La decisión del presidente Petro de incrementar en un 23.7 por ciento el salario mínimo y llevarlo (sumando el auxilio de transporte) a 2 millones de pesos es, por desgracia, coherente con su manera irresponsable de manejar el país.
Porque antes de ese arrebato irracional de populismo (y por supuesto, cargado de marcado oportunismo politico) hay que pensar en lo que desde mañana estará pasando en las pequeñas empresas, pequeños restaurantes, estaciones de servicio, edificios y conjuntos residenciales, empresas de salud, de vigilancia, entre otras.
Más del 80% de las empresas en el pais son microempresas o pequeñas empresas y ellas, sí, las mas pequeñas, son las que absorberán el fuerte golpe que representa este aumento absurdo.
Y son esas medianas, pequeñas empresas y emprendimientos, las que están en la terrible encrucijada de descifrar cómo diablos con una economía que crece a duras penas tan solo el 3% podrán tener para pagar a sus empleados el desmesurado e irresponsable aumento teñido, como ya dije, de un populismo irracional y dañino del 23% en el salario mínimo y al que ademas, hay que agregar horas nocturnas y dominicales con aumentos extras por la reciente reforma laboral.
Un sueldo que, sin meter horas extras, pero sumando los parafiscales, asciende por trabajador en costo para la empresa, a 3 millones de pesos.
¿Qué se prevé que pase después de esto? Fácil intuir: mas inflación, menos poder adquisitivo (todo subirá por encima del 23.7%), habrá menos generación de empleo, vendrá aumento de despidos en empresas, crecerá la informalidad y se dará un peligroso empobrecimiento de la clase media que será la verdadera víctima de este nuevo capricho de Petro.
A eso sumele el costo de la ahora mal llamada «Vivienda de interés Social» que pasará de 194 millones a casi 240 millones. El sueño de la casa propia, gracias a Petro (que adems acabó con muchos subsidios) está cda vez mas lejos.
Para nadie es un secreto que el populismo es un germen del empobrecimiento. Eso el presidente, que se suoone es economista, deberia saberlo. Pero no le interesa. Él se empecinó en un absurdo de decretar un aumento que no es, ni de lejos, proporcional con la productividad del pais.
El tiempo demostrará, que nunca antes para un trabajador, ganarse dos millones de pesos le iba a salir tan caro: es un aumento que no genera equidad. Genera, paradójicamente, mas pobreza.
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