18 de marzo de 2024

¡Oye tú! Una expresión que popularizó Jorge Oñate y que hoy vive su ocaso

Por Luis Oñate Gámez, especial para Hora en Punto

«Esta noche consigo tu amor/ o no vuelvo a tu casa,
mi vida/
Estoy cansado,
perdí la paciencia
de tanto rogarte./
Mejor prefiero llevarme el dolor /
que hoy azota mi alma a otra parte/
y buscar en otros brazos
el refugio de amor /
que mi alma necesita…»

Si usted  estaba cantando mentalmente mientras leía estos versos que hacen parte de la inmoral canción interpretada por Jorge Oñate hace más de 30 años, seguramente al terminar de leer, tarareó: ¡Oye tú…!

Y es que hay expresiones castizas, bastante utilizadas en la provincia, que se han ido perdiendo. Unas porque han caído en desuso y otras, desplazadas por extranjerismos utilizados especialmente por la juventud.


Una de esas expresiones que nos identificaban es el uso de la palabra es ¡oye! utilizada como expresión y no como el singular de la tercera persona del verbo oír en el presente. ¡Oye! era utilizada para individualizar y llamar la atención sobre un suceso en particular, la exclamación se hacía de muchas maneras: ¡oye! Deja al pelado quieto, para expresar rechazo a una acción; ¡Oye nojoda! palo e´ vaina elegante, expresaba una aceptación.
-¡Oye! ¿Supiste la última?… – ¡Oye pelao muérgano! Sigues jodiendo y te va a caer la penca encima. En esta última era casi preciso que venía acompañada de un regaño, era como una forma de llamar la atención para darle una mayor contundencia al mensaje.
Entre los poetas y compositores también se usaba mucho. Ahí está la famosa canción Oye tú, del desaparecido Octavio Daza, grabada y popularizada en 1980 por Jorge Oñate y Raúl “El Chiche” Martínez. Aquí el compositor le da más contundencia a la llamada de atención e individualiza el mensaje como para evitar equívocos; ¡Oye tú! Como quien dice: no te hagas la sorda, es contigo; eres tú y no ella.


En esta canción el cantante Jorge Oñate da un alargue a la letra r en la palabra amor: “que con el con mi amorrrr no se puede hacer pininos”. Para la época se comentó que esa fue una manera de protestar del artista debido a que algunos lo criticaron porque, dos años antes, en Nido de amor se comió esa letra en la misma palabra.
Recuerdo que en mi época universitaria en Bogotá les mamaba gallo a varias colegas rolas amantes del vallenato que en su universo no utilizaban el tú sino el sumercé. Les decía que le habían cambiado la letra a la canción; oiga sumercé no juegue con mi vida/oiga sumercé no juegue con mi amor…

Años después, en el 2002, el compositor Rafael Manjarrez recurre a la misma expresión para llamar la atención de una mujer, a quien al parecer le era indiferente el galanteo amoroso que éste le hacía. La chica desconcertante se llama la canción y también la grabó El Jilguero Jorge Oñate, esta vez estuvo acompañado por Julián Rojas en el acordeón. “Oyeeeee/me parece francamente que hay que buscar la manera de hacerte un examen. Oyeeeee…
Jorge Oñate partió hace poco. Se embarcó en ese tren sin regreso, pero dejó un legado musical para no morir jamás.
Fueron cientos los éxitos y la historia que marcó para el vallenato y el folclor: su voz será un sinfín en el mundo musical.
Sin embargo, he notado con pesar que muchas personas, –hasta yo mismo sin darme cuenta– han remplazado el sabroso ¡oye! por el inglés hey. Desconozco si en mí haya tenido algo que ver la canción de Julio Iglesias: ¡Hey! “No vayas presumiendo por ahí/diciendo que no puedo estar sin ti/tú qué sabes de mí?”
Pero lo cierto es que ese ¡Hey! no será tan sabroso como ese ¡Oye! que nos sale del alma, el mismo  con que el desaparecido Jilguero de América llamaba la atención de la mujer que le gustaba y le hacía sufrir:
¡Oye tú! No juegues con mi vida/
¡Oye tú! No juegues con mi amor…

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