Textos y Fotos por ANUAR SAAD, ESPECIAL DESDE NUEVA YORK
A pesar de presentar una cifra récord en contagios desde que comenzó la pandemia por Covid 19, La Gran Manzana se niega a relegar una de sus más tradicionales celebraciones públicas. Ni siquiera el agresivo cuarto pico de infecciones y hospitalizaciones, pudo convencer a las autoridades del Distrito de Nueva York de suspender la celebración de la noche de Fin de Año — ese legendario y multitudinario evento en pleno Times Square– en el que en tiempos normales antes de la pandemia, podría acoger a más de 60 mil personas.
Esta mañana el Alcalde de la ciudad, quien terminará su mandato este 31 de diciembre, señaló que Nueva York ”tiene mucho que celebrar, y las medidas de seguridad adicionales mantendrán seguro al público vacunado mientras damos la bienvenida al año nuevo».
En respuesta a los que critican su decisión, Di Blassio recordó que «Lideramos las vacunaciones, hemos reabierto de manera segura, y cada día trabajamos para lograr una recuperación para todos», quien hizo énfasis en señalar que se rebajó el aforo en el Times Square de 58 mil a 15 mil personas que, además, “deben estar completamente vacunadas” y a las que se recomienda guardar un cierto distanciamiento social.
Lo cierto es que mientras se reafirma la celebración en la que una colorida esfera de más de 5.400 kilos descenderá por el mástil situado en el número 1 de Times Square cuando resten escasos diez segundos para el cambio de año y se arrojen a los asistentes mas de 1400 kilos de confeti, la ciudad se mantiene con los más elevados índices de contagio desde que empezó la pandemia: solo ayer, los infectados superaron los 60 mil.
“Debemos demostrar que volvimos a ser lo que éramos antes de la pandemia”, es una de las razones que el mandatario esgrime para justificar mantener la celebración pública de fin de año.
Pero la decisión del Alcalde, va en clara contravía a lo que los investigadores de la salud y expertos en contagios, han advertido. Precisamente un despacho de la agencia EFE recoge la advertencia de la máxima autoridad sanitaria de los Estados Unidos Anthony Fauci quien señaló que «…si tus planes son acudir a una fiesta de Fin de Año de 40 o 50 personas (…) con todo el mundo besándose y abrazándose y deseándose un feliz año nuevo, recomendaría encarecidamente que este año no se haga eso»,
La ciudad de los rascacielos, que llegó a ser uno de los epicentros del coronavirus en los primeros meses de la pandemia y que quedó duramente golpeada, no parece temer una nueva oleada de casos, y ha hecho caso omiso de las anulaciones decididas por otras grandes ciudades, como Tokio, París, Londres o Roma, que han cancelado los eventos de celebración de Nochevieja.
Solo basta caminar por Manhattan, recorrer la Quinta, Séptima u Octava Avenida; detenerse en Broadway, pasear por el Central Park o ingresar a cualquiera de los centros comerciales, para darse cuenta de que, en realidad, la pandemia no le quita el sueño a los neoyorkinos que, si bien en su gran mayoría salen a la calle con tapabocas, no dejan de mantener reuniones especiales en festividades ni asistir a comercios o plazas en los que hay un alto número de personas.
Es frecuente ver en Manhattan múltiples puestos de toma de muestras en los que se aprecian grandes filas. Así mismo, los puntos de test COVID, pagos, también permanecen llenos y limitan a diario la cantidad de pruebas que se pueden realizar.
Encontrar en Nueva York una prueba casera de COVID en los supermercados o droguería es imposible: están agotadas por la demanda de los ciudadanos que quieren saber si están o no contagiados.
Lo más curioso es que el porcentaje de vacunación EN Estados Unidos está muy por debajo de las capitales europeas y de algunos países latinoamericanos. Solo el 61 por ciento de los estadounidenses están vacunados a pesar de las fuertes campañas del gobierno para que todos accedan al fármaco.
Lo cierto es que se nota a leguas que al ciudadano en Nueva York, la pandemia no le quita el sueño. Aunque esta es una de las ciudades que más cumple la regla de mantener el tapabocas, los sitios públicos suelen estar llenos de nativos y turistas, aunque en muchos restaurantes o cafeterías –como el caso de Starbuks—te exijan el carné de vacunación para que puedas ingerir allí los alimentos.
Sin embargo, en los últimos días y por las cifras disparadas en el estado de Nueva York, varios restaurantes y teatros cerraron temporalmente al público. Los espectáculos de Broadway, entre ellos la superproducción “Hamilton” y “Tina”, sobre la vida de Tina Turner, cancelaron sus funciones esta semana. A menor escala, amigos y familias están cancelando sus reuniones navideñas.
En definitiva, en medio de la más grande ola de contagios desde que empezó la pandemia, Nueva York celebrará con el tradicional evento público en Times Square el cambio de año y aunque en esta oportunidad, solo 15 mil pueden asistir, se prevé un disparo aun mayor en infecciones, después de la celebración.
Pero el mensaje que se quiere enviar desde la gran manzana a pesar de las advertencias de las autoridades sanitarias es claro: ni la pandemia y su feroz cadena de contagios, hospitalizaciones y muerte, podrá doblegar a la que se le considera por muchos, la capital del mundo.
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