BBC MUNDO
El expresidente de Perú Alberto Fujimori murió este miércoles a los 86 años. Así lo comunicó su hija Keiko a través de la red X:
«Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. ¡Gracias por tanto papá!».
Pocas figuras en la historia de Perú polarizaron tanto al país como la de Fujimori.
Presidente entre 1990 y 2000, su figura siguió siendo debatida en Perú años después de que abandonara el poder tras un escándalo de corrupción.
Fujimori aún marcaba la política peruana por los fracasados intentos de su hija Keiko de llegar a la presidencia y la polémica generada en diciembre de 2023 por su salida de la cárcel en la que cumplía condena por crímenes contra los derechos humanos.
Para sus simpatizantes, salvó al país de un mal doble: la guerrilla y el colapso económico. Para sus detractores, fue un autoritario que abusó de las instituciones democráticas del país para conservar el poder.
Apenas semanas antes de las elecciones presidenciales de 1990, en las que ganó luego de derrotar en segunda vuelta al escritor -y actualmente Nobel de Literatura- Mario Vargas Llosa.
Pero desde su vertiginoso comienzo político, Fujimori nunca estuvo alejado de la controversia.
El país que heredó estaba quebrado económica y socialmente, azotado por un 7.000% de inflación anual y la actividad de los grupos armados Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).
Tras asumir su primera presidencia en julio de 1990, adoptó un estricto plan antiinflacionario, conocido como «fujishock», que provocó el descontento de los sectores sindicales y del Congreso.
Luego del retiro del apoyo parlamentario, comenzó a gobernar por decreto y el 5 de abril de 1992 propició un autogolpe de Estado con el apoyo del ejército, disolvió el Congreso e intervino el Poder Judicial.
En septiembre de ese año fue arrestado el líder del grupo maoísta Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, que paradójicamente también murió un 11 de septiembre (de 2021).
La lucha contra la violencia de Sendero y el MRTA se transformó en el lema principal de Fujimori, quien supo capitalizar su éxito para arrasar en las elecciones de 1995.
Segunda presidencia
Muchos observadores independientes comenzaron a destacar la existencia de un poder detrás del poder, con un especial protagonismo de los servicios de inteligencia y de su controvertido jefe, Vladimiro Montesinos.
Tras el enorme apoyo de los peruanos en las elecciones, en especial de las clases populares, y la indiferencia de la comunidad internacional, la alianza de Fujimori y las Fuerzas Armadas se estrechó, y aumentaron las denuncias de varios sectores de la sociedad ante la consolidación de un régimen cívico-militar.
En diciembre de 1996 ocurrió uno de los episodios más recordados de la era Fujimori: la toma de la residencia del embajador japonés en Lima por parte del MRTA.
Setenta y dos personas fueron mantenidas como rehenes por 126 días, durante los cuales Fujimori rehusó a ceder a las peticiones de los guerrilleros.
El secuestro terminó con la operación militar «Chavín de Huántar», ordenada por Fujimori, que logró liberar a los cautivos, aunque uno murió. Fallecieron también 14 miembros del MRTA y dos del comando de rescate
El tercer mandato y la fuga
A pesar de que la Constitución de entonces —promulgada en 1993 tras la disolución del Congreso—limitaba a dos los períodos presidenciales consecutivos de un mismo mandatario, Fujimori postuló a las elecciones de 2000 alegando que esta disposición había entrado en vigor durante su primer mandato, y por tanto esta nueva candidatura era su primera reelección.
La Organización de Estados Americanos (OEA) expresó su preocupación tras la primera vuelta de los comicios y reiteró sus dudas en la segunda ronda.
El opositor Alejandro Toledo, quien había salido segundo en la primera vuelta con el 40% de los votos, decidió no concurrir a la segunda vuelta por considerarla fraudulenta.
Fujimori fue reelecto el 28 de mayo de 2000 sin rival y sin observadores.
Pero al final fue un escándalo de corrupción protagonizado por Montesinos, el entonces jefe del Servicio de Inteligencia y mano derecha del presidente, y los efectos de una dura situación económica los que llevaron a que Fujimori huyera de Perú en 2000.
Apenas un mes y medio después de asumir por tercera vez se difundió un video en el que se veía a Montesinos entregando dinero a un congresista de la oposición, lo que causó gran escándalo.
A pesar de ordenar la desactivación del Servicio de Inteligencia, Fujimori se vio obligado a convocar a nuevas elecciones pocos días después, para el 8 de abril.
La caída de Montesinos provocó además una crisis política que dejó al partido de Fujimori, Perú 2000, en minoría en el Congreso.
de identidad como ciudadano peruano en julio y en septiembre obtuvo el pasaporte con la intención, según anunció, de regresar a Perú y participar en los comicios de 2006.
En noviembre sorprendió al mundo al aterrizar en Santiago de Chile y anunciar que permanecería allí de manera temporal.
Poco después fue detenido por la policía chilena a pedido del gobierno peruano. Se inició entonces el proceso de extradición y volvió a Perú en 2007.
El 7 de abril de 2009 Fujimori recibió en Lima una pena de 25 años en prisión.
El indulto
Pero años después, en la víspera de Navidad de 2017, sin haber cumplir la mitad de su condena, recibió un indulto humanitario por parte del entonces presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
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