El republicano logró un contundente triunfo ante Kamala Harris que le permite un épico regreso a la presidencia de Estados Unidos.
Trump, que ganó las elecciones de 2016 y perdió las de 2020, se impuso con una rápida ventaja a Harris, quien hace poco más de 100 días sustituyó a Joe Biden como candidata demócrata.
Según las proyecciones, Trump se impuso en los estados clave de Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania y Wisconsin, lo que le permitió superar ya el mínimo de 270 votos electorales que lo devuelven a la presidencia.
«Es una magnífica victoria para el pueblo estadounidense que nos permitirá hacer de nuevo grande a Estados Unidos», dijo Trump antes de la confirmación oficial al declararse ganador en un discurso en Florida ante sus seguidores y rodeado de su familia y de su compañero de fórmula, el senador JD Vance.
«Vamos a ayudar a sanar nuestro país», dijo el republicano de 78 años, que prometió una nueva «edad de oro».
«Estados Unidos nos ha dado un mandato sin precedentes y poderoso», agregó.
La campaña de Harris anunció muchas horas antes que la candidata no hablaría mientras se siguieran contando votos.
Trump es sólo el segundo presidente que logra dos mandatos no consecutivo después de Grover Cleveland en el siglo XIX.
Trump superó todas las polémicas y sus problemas legales y regresa a una Casa Blanca de la que se marchó en enero de 2021 poco después del asalto de sus seguidores al Capitolio el día que se certificaba el triunfo de Biden y una derrota que nunca aceptó.
Ahora regresa con una retórica radical contra la inmigración y prometiendo una mejora económica tras años marcados por una elevada inflación. Entre sus propuestas está una deportación masiva de migrantes indocumentados, frenar lo que él califica de «ocupación» del país y poner fin a las guerras de Ucrania y Medio Oriente .
Harris no pudo emular el triunfo de Biden, quien tras un mal desempeño en el primer debate ante Trump y la presión por las dudas de su capacidad por su avanzada edad, dio paso a su vicepresidenta, Harris, que como Hillary Clinton en 2016 fracasó en su intento de ser la primera mujer presidenta.
Las encuestas preveían un empate técnico y que se tardaría en conocer el resultado, pero la victoria terminó siendo más rápida de lo previsto al ganar en Carolina del Norte y dar la vuelta a Georgia, Pensilvania y Wisconsin, estados en los que había perdido ante Biden en 2020.
Con esos triunfos y al confirmar la victoria en bastiones tradicionales, como Texas y Florida, por ejemplo, alcanzó los 270 votos necesarios a falta de que se conozcan el resultado de otros estados que ya no definirán nada pase lo que pase.
Su triunfo es de una escala aún mayor que el de 2016 ya que a diferencia de 2016 ante Clinton Trump podría también ganar el voto popular.
«Es un hombre de 78 años que enfrenta cuatro casos criminales (en uno ha sido condenado y espera sentencia en tres semanas), un puñado de casos civiles, insultó a varios grupos demográficos y suma incontables escándalos en los últimos ocho años», dice Gary O’Donoghue, corresponsal de la BBC en Estados Unidos.
«Regresar a la Casa Blanca por un segundo mandato es un logro extraordinario en términos políticos», agregó.
Trump además tendrá a su favor que los republicanos recuperan el control del Senado, que estaba en manos de los demócratas, lo que le permitirá avanzar con su agenda política.
Ventaja desde el inicio
La noche fue incluso más plácida de lo que muchos esperaban.
Trump defendió su victoria en Carolina del Norte. Luego Georgia fue el primer estado al que dio la vuelta tras perderlo con Biden en 2020 y luego le siguió Pensilvania, que lo acercaba a la presidencia, y finalmente Wisconsin.
Con ello superaba ya los 270 a falta de conocerse el resultado de varios estados, incluidos tres que iban a ser clave: Michigan, Arizona y Nevada.
Trump sumó 279 votos electorales
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