
POR ANUAR SAAD
Ya se volvió costumbre. Desde hace algunos años, la Universidad Autónoma del Caribe ya no es casi nombrada en la sección de Educación de los medios. Ahora, por desgracia, es más frecuente ver reseñas sobre esta institución de educación superior en las páginas judiciales. ¿La causa? Los escándalos no paran. Transmutan de un rector a otro como alma en pena manteniendo en vilo el futuro de la universidad.
Después del “barrejobo” que Ramsés Vargas le hiciera a la Autónoma entre 2016 y 2018 (se hablan de cifras de más de 60 mil millones aunque la judicialización fue por 12 mil y sigue impune); de los autopréstamos y otras denuncias judiciales que cayeron por allá desde 2011 contra la exrectora Silvia Gette; después del nefasto paso de Mauricio Molinares, investigado, entre otras cosas, por ejecución ilícita de contratos y desgreño administrativo, ahora se aferra a una polémica luz de esperanza; entregar al Estado la Universidad. Es decir, que se transforme en una institución pública.
Hace más de un año el Ministerio de Educación designó como rector al reconocido académico e investigador Jorge Enrique Senior para que ejecutara acciones que conllevaran a la recuperación del Alma Mater. Una muy difícil labor –por no decir imposible– por la astronómica suma que adeuda a terceros: más de 180 mil millones de pesos.
En la última semana se desató una polémica por denuncias de uno de los sindicatos (la universidad está quebrada pero tiene casi 10 sindicatos) que alertaba sobre una supuesta falta del rector Senior al mentir en su Cvlac, en el que se informaba que tenía una maestría, lo que después el mismo rector, en medio de un escándalo que figuró en medios nacionales, reconoció que efectivamente “la maestría la cursé pero por diversas causas no pude obtener el título”.
Sobre ello, el Ministerio ha señalado que consideraron la hoja de vida de Jorge Senior, aún sin la maestría, y estimaron que tenía todas las competencias para ejercer el cargo.

Jorge Senior, Rector de la Uniautónoma quien aboga por la estatizacion de la institución.
Ahora bien, es cierto que un título no garantiza la probidad de un profesional y que muchas veces la experiencia puede suplirlo con lujo de detalles. Para muchos, el asunto es que Sénior, un acucioso académico, hombre de letras y filosofía, experto en investigación, no era el perfil que en este momento de grave crisis necesitaba una universidad al borde del abismo.
Sin embargo, el rector, militante activo en el partido de Gobierno, ha allanado el camino para lo que él, la directiva y muchos otros, consideran la única tabla de salvación para la Universidad Autónoma del Caribe: estatizarla.
Pero ¿será capaz este gobierno de Gustavo Petro recuperar a la Autónoma con su estatización? Los hechos parecen demostrar lo contrario: todas las intervenciones que este gobierno ha hecho a diversas instituciones (servicios, salud, etc) no han tenido buen fin. Así que permítanme no ser tan optimista.
Pero si esto se llega a concretar… ¿el gobierno estará dispuesto a sanear la millonaria deuda o los acreedores que han esperado casi una década perderán el dinero? ¿No terminará la Autónoma siendo un trofeo del petrismo que será utilizado como recurso electoral? De hecho, el rector y algunos de sus directivos se mantienen activos en redes ejerciendo activismo político.
A eso hay que sumarle la inversión en recuperación de su infraestructura. Hoy, de 12 mil estudiantes que tenía, sólo deambulan un poco más de 6 mil por sus aulas. Y si se quiere aprovechar su total capacidad, hay que invertir en el “ala vieja” que se cae a pedazos, amén de la actualización de sus laboratorios y tecnología que muchos, según denuncian docentes, están obsoletos.
Ahora, si en verdad no hay más solución; si es imposible que el sector privado tienda una millonaria tabla de salvación a la universidad… todos los caminos apuntan a estatizarla, si se aprueba la propuesta. Ojalá, de ser así, se maneje con la seriedad que merecen los estudiantes, docentes y padres de familia del Caribe colombiano.

David Luquetta, ex Vicerrector, ahora decano de Ciencias Sociales, y acusado de plagio en su tesis doctoral.(Foto La Silla Vacía)
Y es que ya es hora de que la querida Uniautónoma deje de mandar señales equivocadas. Como, por ejemplo, promover como decano de Ciencias Sociales (al parecer por afinidad política) a un docente que fue acusado por plagio en su tesis doctoral, lo que le costó ser despedido de la anterior universidad en que trabajaba.
El decano, David Luqueta, a punta de labia politiquera y pose de “investigador social” parece haberse ganado el afecto de las directivas que parece hacerse de la vista gorda porque hasta de Vicerrector, había sido nombrado,
¿Como una universidad puede hablar de ética y combatir el plagio dentro de sus estudiantes si un directivo se pasea orondo por sus aulas con ese delito encima del que él aún no ha probado que las acusaciones hayan sido falsas?
Cosas que pasan, dirán algunos. Pero las cosas que pasan en la Uniautónoma del Caribe, difícilmente sucedan en otra universidad.
Es hora de que cese la horrible noche. Es hora de que se haga la luz en esta institución con más de medio siglo de tradición de la que han egresado casi 60 mil estudiantes, que anhelan, por fin, estar seguros de que cuando llegue el nuevo día y vayan a recibir sus clases en ese claustro académico, la Uniautónoma todavía siga existiendo y que tenga, como diría García Márquez, «una segunda oportunidad sobre la tierra»…
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