8 de febrero de 2025

Coronavirus: las claves para entender por qué una persona vacunada puede contagiarse

El tiempo estipulado para el desarrollo de anticuerpos varía entre 21 y 28 días, en función de las plataformas vacunales. ¿Pero qué sucede si alguien se infecta antes? ¿No tiene protección?

A medida que el proceso de inmunización masiva avanza, los interrogantes también se modifican. Días atrás, el Ministerio de Salud comunicó que, como estrategia epidemiológica, decidía diferir la segunda dosis hasta 12 semanas para que más gente esté protegida en menos tiempo. Según la plataforma vacunal, luego de los 21 o los 28 días, la primera dosis puede conferir desde un 60 a un 80 por ciento de protección. Pero en la extensión del proceso surgen preguntas acerca de si las personas se seguirán infectando y seguirán contagiando tras recibir una dosis, o si puede un individuo vacunarse y a los 10 días ser diagnosticado con Covid. Los especialistas Ernesto ResnikMario Lozano y Daniela Hozbo responden a Página/12

“Como sabemos, la gente responde de modo distinto: hay individuos, cuyas defensas son tan fuertes, que ni siquiera advierten que tuvieron la enfermedad; mientras que hay otros que se pasan meses en el hospital luchando porque su inmunidad arranque y logre vencer al patógeno”, dice Ernesto Resnik, biólogo molecular y biotecnólogo argentino que reside en Estados Unidos. “La inmunidad por vacuna no es diferente a la inmunidad por el virus cuando nos enferma. Lo que se espera es que genere una protección que sea capaz de vencer al coronavirus. Si lo neutraliza, en teoría, ese individuo no debería contagiar a otros porque al vencerlo lo que logra es impedir su reproducción”, agrega.

Para el virólogo del Conicet Mario Lozano, “los cambios se producen de diferente manera en cada persona. Así, habrá algunas que responden bien y están completamente protegidas a la semana de la inoculación y otras que demoran más. Se supone que a las tres semanas hay una excelente protección”. “Con una dosis de Sputnik V se alcanza un 80 por ciento de eficacia. Ello no nos permite afirmar que todos dejarán de infectarse, pero sí que solo el 20 por ciento desarrollará algún síntoma luego del contagio. Lo que también se sabe es que aquellas personas que desarrollen síntomas lo harán de forma leve y no requerirán internación”, subraya.

El alcance de las dosis

Cuando el virus se neutraliza, no puede ingresar a las células y si no lo hace, no se reproduce en millones de copias al interior del organismo. En efecto, la carga viral de un vacunado debería ser menor y, como resultado, infectar menos a otros. “Por lo que estamos viendo, en base a los datos compartidos desde Israel y algo de Gran Bretaña, eso es lo que finalmente ocurre. Sin embargo, no hay que desestimar que habrá personas que desarrollen una respuesta inmune leve y, potencialmente, al recibir el virus luego de ser inmunizados puede que lo contagien. Al menos en proporciones menores”, explica Resnik. Es por este motivo, esencialmente, que de acuerdo a lo que suelen afirmar los especialistas, la vacuna es una herramienta medular pero no es la única que debe emplearse al momento de combatir la pandemia. Los cuidados básicos ya internalizados (higiene de manos, barbijo y distancia), más aquellas pautas que se están imponiendo (la ventilación cruzada de espacios, la medición de CO2) se ubican como claves. Cuando el virus se propaga, las restricciones al movimiento deben incrementarse.

“Diferir la segunda dosis es una decisión epidemiológica que implica que más gente reciba una. Con esa única dosis lo que se evitan son los casos graves de enfermedad. Que la gente deje de ir a terapia y deje de morir por tener inmunidad es realmente un montón”, apunta Daniela Hozbor, bioquímica e Investigadora Principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata. “Es muy fuerte el hecho de pensar que una tecnología como la vacuna pueda ayudar tanto para combatir la pandemia. También se está reuniendo evidencia científica que apuntaría a asegurar que con una sola dosis, en buena parte de los casos, se evitaría la infección. Pero todavía falta información como para poder asegurarlo”, agrega. El impacto de una dosis es muy positivo, pero con la segunda se completa el esquema. Así es como se robustece la respuesta inmunológica, mejora la calidad de los anticuerpos neutralizantes del virus y se prolonga la protección en el tiempo.

*Tomado de Página12 de Argentina

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