El juez del caso determinó que la ciudadana argentina y exrectora de la Universidad Autónoma es culpable por el delito de abuso de confianza. El proceso acumulaba 11 préstamos de la exdirectiva que fueron usados para pagar, entre otras cosas, un lujoso inmueble en Barranquilla.
Entre los distintos frentes judiciales que hoy tiene pendiente la argentina y exrectora de la Universidad Silvia Gette acaba de tener fin en un juzgado de Barranquilla. La Fiscalía la acusó del delito de abuso de confianza ya que, entre 2008 y 2012, Gette Ponce se habría hecho autopréstamos por $1.075 millones para costear deudas y gastos personales bajo la aparente figura de préstamos. “Para pagar, entre otras, sus obligaciones tributarias y personales, así como los honorarios del abogado que la representó en un proceso”, dijo el fiscal. Gette Ponce ya está condenada por un autopréstamo de US$1 millón que se hizo mientras estuvo a la cabeza de la universidad
El juez del caso determinó que la exdirectiva de la institución académica es culpable ya que estos dineros los habría usado para pagar, entre otras, sus obligaciones tributarias y personales, así como los honorarios del abogado que la representó en un proceso penal. Así mismo, la exrectora también invirtió recursos de la universidad en el pago de impuestos, como declaraciones de renta y los prediales de sus apartamentos. El abogado de la Autónoma, Daniel Largacha, (reconocida como víctima en el proceso) señaló que para el próximo 14 de octubre quedó programada la audiencia en el que se fijará cuánto será la condena contra Gette.
El abogado de Gette, Miguel Ángel González ha dicho que “en el juicio se logró demostrar que Silvia Gette jamás omitió procedimientos internos de la Universidad Autónoma para la realización de préstamos. Por el contrario, todo lo hizo bajo el protocolo interno. Asimismo, logró demostrarse que de ese valor por ‘1.075 millones prestados’, mi cliente canceló la deuda en un 80 % y se ofrecieron bienes para cancelar el valor restante, inmuebles que no fueron aceptados por las directivas de la universidad. Finalmente, es importante decir que la Procuraduría pidió absolución por atipicidad en la conducta”.
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