La brutal explosión que sacudió el puerto del Líbano revivió la cólera de la población contra la clase política. Un grupo de manifestantes se tomó el Ministerio de Relaciones Exteriores y piden cuentas por la explosión. El primer ministro propone elecciones anticipadas para salir de la crisis.Miles de personas se reunieron en el centro de Beirut para descargar su ira contra las autoridades por la devastadora explosión en el puerto de la capital libanesa, que dejó más de 150 muertos y cerca de 6.000 heridos. En medio de la tragedia y mientras socorristas internacionales siguen buscando sobrevivientes entre los escombros, los libaneses manifiestan su rabia.
La indignación no hace más que crecer con un gobierno que se ha mostrado incapaz de justificar la presencia de nitrato de amonio, un químico muy inflamable, en el puerto “sin medidas de prevención”, como lo confesó el propio primer ministro. Y aunque ya se anunció la detención de 16 trabajadores del puerto que sabían desde hacía seis años la presencia del peligroso material, los libaneses quieren medidas radicales.
“Venganza, venganza, hasta la caída del régimen”, gritaban los manifestantes, algunos de los cuales llevaban horcas, mientras que las fuerzas de seguridad intentaban impedir que algunos grupos avanzaran hacia el Parlamento, constataron corresponsales de AFP. La escena se ha repetido desde el día de la explosión en varios barrios de la capital libanesa.
La marcha se convocó frente al Legislativo y ya se están produciendo los primeros enfrentamientos con los policías, que arrojan bombas de gas y gases lacrimógenos a los manifestantes, mientras estos les lanzan piedras. Cadenas de televisión reportan que manifestantes se tomaron por asalto el Ministerio de Relaciones Exteriores en Beirut.
Un grupo de manifestantes, liderado por oficiales retirados del ejército libanés, tomaron por asalto el sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores en Beirut y lo declararon «la sede central de la revolución».
El asalto, retransmitido en directo por las televisiones locales, se produjo mientras las fuerzas de seguridad se concentraban en mantener el orden en la manifestación, celebrada a unos pocos centenares de metros del Ministerio, que reunió a miles de libaneses para pedir explicaciones por la explosión en el puerto hace cuatro días.
“Hemos tomado el ministerio de Relaciones Exteriores como sede central de la revolución”, anunció el general retirado Sami Rammah en un comunicado, desde la elegante escalinata del ministerio ante unas 200 personas que gritaban “Revolución”.
La protesta, convocada bajo el nombre de “Día de la Ira”, reúne a cientos de personas en la simbólica Plaza de los Mártires y, al grito de “Dimisión”, un grupo intentó entrar en el Parlamento a la fuerza. “Hablamos y hablamos, pero nadie nos escucha”, dijo a Efe una de los manifestantes, que acudió a la convocatoria llena de indignación.
El primer ministro libanés, Hassan Diab, anunció el sábado por la tarde que propondrá elecciones parlamentarias anticipadas en el país, hundido en una crisis política y económica, tras la explosión en Beirut cuya población responsabiliza a la clase política.
En un discurso transmitido en televisión, el jefe del gobierno estimó que solo “elecciones anticipadas pueden permitir la salida de la crisis estructural”, y añadió que estaba dispuesto a permanecer en el poder “durante dos meses”, mientras las fuerzas políticas se ponen de acuerdo al respecto.
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