Por Anuar Saad
En 2019 la película Bad Education pasó casi desapercibida por las salas de cine. Un año después HBO la lanza en su plataforma y es entonces cuando el mundo se enteró de como es posible apropiarse de los recursos de un colegio estatal en Estados Unidos.
La película se situa en el pueblo de Roslyn, en el estado de Nueva York, durante la década del 2000 y narra la historia del carismático y preciado Dr. Frank Tassone (Hugh Jackman) y Pam Gluckin (Janney), quienes roban millones de dólares del mismo distrito escolar público, que buscan para hacer el mejor en el país.
Basada en hechos reales, la cinta fue llamativa porque los casos de corrupción dentro del sistema educativo estadounidense no son frecuentes y nos pone a pesar que con casos de corrupcion y malos manejos de recursos en la educación superior en Colombia no solo se haría una película, sino una serie con muchísimas temporadas.
Uno de los llamativos casos de «mala educación» en el país es el que hace más de 30 años sucede en la Universidad Autónoma del Caribe cuya misma deplorable problemática ha tenido diversos protagonistas: desde la vedette argentina Silvia Gette, pasando por Ramsés Vargas, Victor Armenta del Gordo, Claudia Dacunha y su más reciente protagonista y exponente actual de la «Bad Education», Mauricio Molinares Cañavera.
Es llamativo que a pesar del mal manejo que Gette hizo de la institución y de sus autoprestamos por los que fue condenada, las propiedades seguían siendo de la Uniautonoma lo que empezó a cambiar en 2016 cuando Ramsés Vargas, de quién se dice sacaba los dineros de las matrículas en bolsas negras, enajenó casi todos los inmuebles del alma Mater incluyendo una buena parte del polideportivo.
El Ministerio designó entonces a Claudia Dacunha quien, al final, su único mérito en la rectoría fue ser hija del legendario futbolista brasilero que se radico en Barranquilla. Timida para solucionar y rápida para contratar con sueldos millonarios a familiares y amigos, no duró mucho al frente de la Autónoma.
Antes de ella se dió e paso fugaz de Víctor Armenta por la rectoría (puesto ahí como testaferro de Ramsés Vargas) sirvió para asentarse en la presidencia de sus directivas lo que al final permitiría convertirlo en protagonista para la mala hora en que se eligió a Mauricio Molinares como rector.
Con Molinares, la universidad retrocedió aún más, lo que ya era impensable. Recibió casi 8 mil estudiantes en sus aulas de manos de la excelente rectora que en buena hora llego a la Universidad, María Victoria Mejia, quien por cuenta de la pandemia renunció para quedarse en aislamiento con su familia en Medellin.y de esos 8 mil hoy sobreviven escasos 5 mil que se debaten en medio de servicios deficientes de laboratorios, pobre infraestructura, daños en los aires acondicionado, rebaja dramática de su nómina y desidia en pagos de salarios a catedráticos y seguridad social a todos los empleados.
Esta nueva crisis de la Autónoma se vive paradójicamente en medio de una «intervención» del Mineducación, que nadie entiende que es lo que vigila: la denuncia de contratación irregular, adjudicación de contratos a firmas fantasmas, beneficios a terceros que terminan siendo amigos o familiares del rector, acoso laboral demostrado en suspenciones, despidos masivos y «negociaciones» para incentivar a sus empleados mejores remunerados y más valiosos a qué «renuncien», son solo botones de muestra.
La mala educación que se vive manifiesta en la Uniautonoma del Caribe se detecta en la misma preparación de quién rige sus destinos: un hombre lejano a lo académico, preocupado por la exposición social de su imagen y que desconoce la importancia de la investigación académica.
Mauricio Molinares, puesto ahí por políticos locales y ahora mantenido en el cargo por otros políticos cuestionados está raspando la olla. Y necesita rasparla para seguir manteniendo el estatus de «nuevo rico» gracias a los más de 40 millones mensuales que le pagan en la Autónoma del Caribe para que la termine de acabar.
Parece que la querida y sufrida Uniautonoma seguirá bajo el destino de una Bad Education.
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