12 de junio de 2025

Crónica | A un año de las presidenciales: Colombia entre la dispersión de la derecha y la ofensiva regional

POR ANUAR SAAD

A un año de que los colombianos acudan a las urnas para elegir al próximo presidente de la República, el panorama político del país se asemeja más a un tablero de ajedrez en pleno inicio de partida que a una contienda con cartas definidas.

La derecha, dividida entre liderazgos tradicionales y nuevos referentes, no logra consolidar una candidatura única. En cambio, un grupo de líderes regionales ha comenzado a mover sus fichas con disciplina y estrategia.

En una reciente reunión realizada en Bogotá, una alianza conformada por exgobernadores y exalcaldes de distintas regiones del país anunció su intención de elegir, antes de diciembre, un candidato único que represente una apuesta diferente para las elecciones presidenciales de 2026.

La noticia no es menor: entre los nombres que figuran están reconocidos dirigentes como Aníbal Gaviria (Antioquia), Héctor Olimpo Espinosa (Sucre), Juan Guillermo Zuluaga (Meta), Juan Carlos Saldarriaga (Soacha), Juan Carlos Cárdenas (Bucaramanga) y Jaime Pumarejo (Barranquilla), este último uno de los alcaldes mejor evaluados del país durante su gestión.

“Esto no es sólo entusiasmo o ganas, es un proceso con fechas claras”, señaló Juan Guillermo Zuluaga. La meta: tener un solo candidato en diciembre.

Para ello, definirán un mecanismo –probablemente una encuesta nacional– y emprenderán la recolección de firmas para respaldar un movimiento significativo que ya está siendo tramitado ante la Registraduría Nacional.

El mensaje de los exmandatarios locales es claro: no se trata de una iniciativa de derecha ni de izquierda. “Sabemos que hay muchos egos. Pero esto no se trata de ideologías, sino de resolver las necesidades de todos los colombianos”, enfatizó Juan Carlos Saldarriaga.

La propuesta gira en torno a cinco ejes programáticos: fortalecimiento de la política social, recuperación de la seguridad, autonomía fiscal de las regiones, impulso a la economía productiva y protección de la diversidad del país.

Por su parte, Héctor Olimpo Espinosa fue contundente: “Somos un colectivo con un propósito común: luchar contra la dictadura del centralismo y del centro”.

El mensaje resuena especialmente en regiones históricamente olvidadas por el Estado centralista, que ahora buscan mayor protagonismo en la toma de decisiones nacionales.

Mientras tanto, la derecha tradicional continúa dispersa. Aunque algunas figuras como María Fernanda Cabal o Vicky Dávila han manifestado su intención de aspirar a la presidencia, no existe aún un liderazgo que logre aglutinar a los distintos sectores conservadores y uribistas.

El llamado de Germán Vargas Lleras a unificar candidaturas opositoras no ha surtido efecto, y la posibilidad de una fragmentación que favorezca al oficialismo o a una alternativa regional es cada vez más plausible.

Esta efervescencia en el espectro político evidencia una transformación en las dinámicas del poder en Colombia. Las regiones, cansadas del centralismo bogotano, reclaman ahora un espacio protagónico en la construcción del futuro del país.

Y mientras los partidos tradicionales buscan reinventarse o resisten las divisiones internas, nuevos movimientos intentan conectar con un electorado más escéptico, pero también más dispuesto a explorar otras rutas.

En este contexto, diciembre se perfila como un mes clave: será entonces cuando la coalición de líderes regionales revele su carta presidencial. Hasta entonces, el mapa político seguirá reconfigurándose, entre alianzas discretas, encuestas de intención de voto y una ciudadanía expectante ante lo que puede ser una de las campañas más abiertas e impredecibles de los últimos años.

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