16 de abril de 2024

Estados Unidos, un país paralizado por el Covid de Trump

Mientras siguen versiones contradictorias y se le ve al Presidente Trump saludar en su auto con tapabocas a gente a su paso y videos donde dice «estar bien», la especulación sobre el estado de salud y el momento en el que Donald Trump dio positivo por coronavirus sigue.

El diario El Mundo de España, en su edición web presenta un informe de su corresponsal Pablo Pardo que afirma que por un lado, los médicos que atienden al presidente en el Hospital del Ejército Walter Reed, en las afueras de Washington, han vuelto a insistir en que su estado de salud está mejorando rápidamente, hasta el punto de que, en palabras de Brian Garibaldi, de la Universidad Johns Hopkins, «si sigue tan bien como hoy, nuestra esperanza es darle de alta mañana, para que siga su tratamiento en la Casa Blanca».

Mientras tanto, la agencia France Presse comunicó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pasó poco antes frente a sus partidarios en un coche fuera del hospital donde estaba siendo tratado por Covid-19, luego de anunciar en Twitter una «visita sorpresa» a sus seguidores.

Visto con mascarilla saludando a la multitud, en imágenes de vídeo mostradas en los medios estadounidenses y ampliamente compartidas en las redes sociales, no estaba claro a dónde se dirigía o si ya había recibido el alta.

Durante su comparecencia, Brian Garibaldi añadió: «En respuesta a unos niveles de oxígeno transitorios bajos, iniciamos [ayer] un tratamiento con dexametasona, y nuestro plan es continuarlo».

La dexametasona es un esteroide que se ha mostrado muy útil en combatir los efectos del Covid-19 en enfermos graves, pero no en los casos leves. Se emplea con pacientes que requieren oxígeno extra o que están con ventiladores. El 14 de junio junio, un estudio de la Universidad de Oxford determinó que el uso de ese fármaco «reduce las muertes en un tercio en pacientes con ventilador (…) y en una quinta parte en pacientes que están recibiendo oxígeno». La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los propios Institutos Nacionales de la Salud (NIH, según sus siglas en inglés) sólo recomienda el uso de ese esteroide en pacientes graves, ya que en casos leves puede ser perjudicial.

El médico de la Casa Blanca, Sean Conley, añadió que, aunque los niveles de oxígeno de Trump han llegado a caer a 93%, nunca rompieron el suelo del 90%, que es el límite a partir del cual los médicos consideran que el paciente está en un estado grave.

A eso se suma el peligro de inflamación o de daño en el tejido pulmonar de Trump, algo en lo que Conley creó más confusión al decir que las pruebas realizadas hasta ahora «han hecho los hallazgos esperados», pero sin entrar en detalles. El corazón, el hígado y los riñones del presidente están «normales o recuperándose», según los médicos.

INFORMACIONES CONFUSAS

El algunos casos, las respuestas de Conley hubieran sido casi hilarantes, de no tratarse de la salud de una persona que, además, tiene un rango político e institucional clave en el mundo. Interrogado acerca de si el presidente tuvo que recibir oxigeno el sábado, dijo primero que «tengo que preguntar a las enfermeras», después preguntó «¿qué día fue ayer?» y, finalmente, reconoció, «sí, ayer por la mañana».

El médico de Trump también dijo que las declaraciones del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, sobre la salud de Trump «han sido malinterpretadas». El sábado, apenas unos minutos después de que Conley concluyera su rueda de prensa, Meadows había afirmado que «los signos vitales del presidente en las últimas 24 horas han sido muy preocupantes, y lo que pase en las próximas 48 horas va a ser decisivo desde el punto de vista de su estado de salud. Todavía no estamos en una dirección clara hacia una recuperación plena». Y concluyó con una frase genial: «La gente dice que estamos tratando de ocultar algo, lo que no es necesariamente cierto».

En ningún momento de la rueda de prensa Conley detalló, ni la prensa preguntó, sobre si Trump y su esposa Melania habían dado positivo el jueves por la noche, como había dicho el propio presidente, o el miércoles por la mañana, como había declarado el médico. La distinción es importante porque, si la versión de Conley es correcta, Trump mantuvo una agenda muy activa que implicó estar en contacto con cientos de personas aun a sabiendas de que tenía el coronavirus, y sólo hizo público el diagnóstico cuando empezó a experimentar síntomas.

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