En sus frecuentes recorridos por los barrios, una de las peticiones más recurrentes que los vecinos le hacen al alcalde Jaime Pumarejo Heins es la pavimentación de las calles en su sector.
Sin importar que se trate de uno de los barrios a los que les falta muy poco para quedar totalmente pavimentados, nadie quiere salir de su casa y pisar arena o tropezarse con huecos y piedras. Y, menos, quedarse atrapado cuando llueve.
Atendiendo ese clamor ciudadano, el programa de pavimentación social Barrios a la Obra continuó con la intervención en 66 barrios, especialmente en las localidades Suroriente y Suroccidente.
“Cuando pavimentamos una calle, cambiamos la historia de vida de la gente que antes estaba secuestrada por el barro y no podía calzarse los zapatos, llegar a la puerta de su casa en taxi o recibir una ambulancia si ocurría alguna calamidad”, señaló el alcalde Jaime Pumarejo.
Por fin, Ciudad Modesto, La Unión, Las Nieves, Las Terrazas, Ciudadela 20 de Julio, El Santuario, Las Malvinas, Las Flores, Rebolo, San Salvador, entre otros, fueron testigos de cómo se llegó a más de 1 millón de barranquilleros, que hoy pueden ir a sus sitios de trabajo y a sus actividades diarias de manera rápida y segura, en condiciones más dignas.
“El programa Barrios a la Obra ha beneficiado a más de 1 millón de habitantes de los sectores menos favorecidos de la ciudad, mejorando sustancialmente su calidad de vida, recuperando la confianza en sus gobernantes y el sentido de pertenencia. Gracias a este se mejoró la seguridad de los ciudadanos, puesto que la Policía y las ambulancias ya tienen acceso a ellos”, manifestó el secretario de Obras Públicas, Rafael Lafont.
Con este programa se han construido 315 kilómetros lineales de vías, son 1.884 tramos viales, cada uno con sus respectivos bordillos y andenes que interconectan al sur y a los corregimientos La Playa y Juan Mina con el resto de la ciudad.
Nueva fase 2021
Para avanzar en la construcción de una Barranquilla inclusiva, el alcalde Jaime Pumarejo iniciará el 2021 con una inversión de 100.000 millones de pesos, que hacen parte de los 288.000 millones proyectados para los 3 años que faltan de esta administración, durante los cuales se van a construir 116 kilómetros lineales en 683 vías, con sus respectivos andenes, bordillos, instalación de redes de acueducto y alcantarillado, arborización y luminarias tipo led. Con esta inversión histórica, el Distrito mejorará la conectividad de más de 530.000 habitantes en sectores que por décadas no habían sido incluidos en el desarrollo de la ciudad.
“Con este programa de pavimentación social conectamos las vías internas de los barrios a las rutas de transporte público, brindando un acceso rápido a las zonas comerciales, escuelas, hospitales y, algo no menos importante, mejora la integración de los vecinos con los comités propavimentación y disminuyen las disputas que antes eran continuas”, resalta Lafont.
‘La Arenosa’
‘La Arenosa’ fue el término que usaron los presidentes de Colombia en la década de los 30 del siglo anterior, cuando Barranquilla tenía sus calles cubiertas de una arenilla lavada por la lluvia, a los lados de las nacientes vías.
Con el pasar de los años, y luego de la creación del barrio El Prado, apareció el asfalto, Barranquilla iniciaba la pavimentación de sus primeras vías y la arena empezó a desaparecer en algunos sectores exclusivos.
Pero, en pleno siglo XXI, hasta hace apenas 12 años, al otro lado de la ciudad, el ingreso y salida de los habitantes de Barranquilla en sus barrios era un caos, implicaba problemas de comunicación, salud y supervivencia.
Luis Alfonso Mendoza, habitante del barrio Las Américas, en el suroccidente de Barranquilla, cuenta que vio morir a muchos vecinos porque se enfermaban y no podían ingresar ambulancias o carros para auxiliarlos y llevarlos rápidamente a un centro asistencial.
Fue entonces cuando la administración local de ese entonces inició un programa modelo a nivel gubernamental en Colombia, Barrios a la Obra, cuyas cifras son impactantes.
12 años de avances
Desde 2008, un total de 1884 tramos viales se pavimentaron, con una longitud de 385 kilómetros, una extensión superior a la de un viaje terrestre desde Barranquilla a Valledupar.
Hoy en los barrios beneficiados, así como empezó en la Barranquilla del siglo XX, ya no existe esa arenilla que dio a conocer a la ciudad. La justicia y equidad dijeron presente para siempre, saldando la deuda con la historia en temas sociales.
En barrios como La Unión y Los Rosales ya los vecinos no pisan arena porque están 100% pavimentados. Pronto será igual en 27 barrios más que ya tienen porcentaje superior al 98% de pavimentación de sus vías.
Atrás quedaron las mecedoras para cargar enfermos, las bolsas y el agua para lavar los zapatos, y las penurias que parecían nunca llegar a su final. Atrás quedó todo eso, quizás sepultado como el barro debajo de las nuevas vías que hoy pisan y gozan como símbolo de progreso.
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