Francia impondrá un toque de queda entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana a partir de próximo martes, 15 de diciembre, según ha anunciado este jueves el primer ministro, Jean Castex. Aunque la evolución de la pandemia de la Covid-19 es mejor que en otros países de su entorno, el Gobierno francés ha decidido aplazar al menos hasta el 7 de enero la reapertura de cines, teatros, salas de espectáculo y museos, que en principio estaba prevista para el 15 de diciembre. Los bares y restaurantes permanecerán cerrados al menos hasta el 20 de enero, señaló el portal internacional La Vanguardia.
Castex ha destacado que Francia se encuentra en una situación menos preocupante que Alemania, Suiza o Italia, pero los contagios muestran una ligera tendencia al alza y es necesario tomar medidas preventivas ante las fiestas navideñas y de fin de año, en las que los movimientos de población y las reuniones serán inevitables. «La partida está lejos de ser ganada», ha insistido el jefe del Gobierno.
Según informa La Vanguardia, El toque de queda no se aplicara en la Nochebuena, el 24 de diciembre, pero sí en la Nochevieja, para evitar en lo posible las fiestas y la acumulación de personas. Esa medida tan drástica el día de despedida del año contradice lo que había anunciado el presidente Emmanuel Macron. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, recordó que la multa por violar el toque de queda sin causa justificada es de 135 euros, una cantidad que aumenta considerablemente en caso de reincidencia.
A partir del 15 de diciembre será posible desplazarse por todo el territorio sin llevar un justificante
La desescalada se mantiene en lo referente a la libertad de movimientos durante el día. A partir del 15 de diciembre, será posible desplazarse por todo el territorio francés sin necesidad de llevar consigo un justificante. Esa relajación es necesaria para que los ciudadanos puedan pasar los días de fiesta con su familia. Castex ha advertido, no obstante, que nunca deben reunirse a la vez más de 6 adultos.
El debate sobre la vacunación está en marcha en Francia. En una entrevista, hoy, con el diario Le Parisien, el doctor Eric Caumes, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del hospital Pitié-Salpêtriere, el mayor de París, expresó su cautela sobre las vacunas que han comenzado a utilizarse. como la de Pfizer y Moderna, Caumes alertó sobre la escasez de información científica disponible y sobre los efectos secundarios y reacciones que se han detectado, como alergias, dolores de cabeza y cansancio. El epidemiólogo recomendó mucha prudencia y avisó que un fracaso de la vacuna por exceso de precipitación socavaría la confianza de la ciudadanía.
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