19 de abril de 2024

Sara Gilbert: la mujer que podría salvar al mundo de la pandemia

Su energía da para mucho, porque esta profesora de vacunología es además la cofundadora, junto al profesor Adrian Hill, director del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, de Vaccitech, una compañía privada que desarrolla productos para tratar y prevenir enfermedades infecciosas y cáncer.

Ivannia Salazar, para ABC

Sara Gilbert se levanta todos los días a las 4 de la madrugada para ir a su trabajo en un laboratorio de la Universidad de Oxford, donde desde que empezó la pandemia del coronavirus pasa la mayor parte de las horas del día. No es para menos: lidera el equipo de investigación del Instituto Jenner y el Grupo de Vacunas de Oxford que desde enero está desarrollando una vacuna contra el virus que ha puesto contra las cuerdas a todo el planeta desde que empezó su expansión en China hace solo unos meses.

Dicen quienes la conocen que es trabajadora, discreta, meticulosa, pragmática y sobre todo, reservada. Huye de la prensa y evita ser el foco de atención. Además, no quiere distracciones y no tiene tiempo para entrevistas mientras intenta salvar al mundo, aunque en los últimos meses ha hecho una excepción y ha dado una que otra a medios británicos. Pero ahora todas las miradas están puestas sobre ella, con la esperanza de que junto a su equipo de trabajo, compuesto por unas 250 personas, logre dar con una solución para el virus que ha matado ya a más de 600.000 personas en todo el mundo. Hasta el momento, es la de Oxford la vacuna con más probabilidades de éxito entre las más de 140 a las que la Organización Mundial de la Salud está vigilando de cerca, aunque hay más de 200 grupos en todo el mundo intentado desarrollar una que sea efectiva.

Gilbert, muy a su pesar, ha dejado de disfrutar del anonimato del que gozó durante más de dos décadas trabajando en el desarrollo de vacunas, tras haber obtenido la licenciatura en Biología en la Universidad de Anglia del Este, en Norwich, al este de Inglaterra, y hacer un doctorado en bioquímica. Posteriormente entró al campo de la biotecnología y de la fabricación de medicamentos. Precisamente bioquímicos son también sus tres hijos, trillizos de 22 años que además forman parte de las miles de personas que han participado de forma voluntaria en los ensayos clínicos. Mucha confianza en sí misma, y en su trabajo tiene que tener esta científica para permitir que sus propios hijos hagan de cobayas, un detalle que probablemente no pasará desapercibido para mucha gente que tiene dudas sobre si vacunarse o no, en caso de que finalmente sea posible.

Precisamente su dedicación al trabajo y a su vida familiar han sido motivo de algunas de sus reflexiones más potentes y en diversas ocasiones ha reconocido el papel de las mujeres que se esfuerzan por mantener el equilibrio entre su carrera profesional y su vida como madres. En su caso, destaca precisamente que una mujer lidere un hito tan importante en un sector dominado por hombres. «Debido a que tuve trillizos, pagar la guardería habría supuesto más (dinero) que todos mis ingresos como científica posdoctoral, por lo que mi compañero tuvo que sacrificar su propia carrera para cuidar a nuestros hijos». Es decir, que su pareja simplemente hizo lo mismo que muchas mujeres han hecho a lo largo de la historia: priorizar las carreras de sus maridos. Gracias a que no tuvo que dejar de lado su profesión, ahora es no solo la mujer mas importante en el ámbito de la ciencia a nivel mundial, sino la que podría devolver la esperanza en medio de la pesadilla que ha supuesto la pandemia. Y sus hijos forman parte de ello.

Su energía da para mucho, porque esta profesora de vacunología es además la cofundadora, junto al profesor Adrian Hill, director del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, de Vaccitech, una compañía privada que desarrolla productos para tratar y prevenir enfermedades infecciosas y cáncer.

Si todo sale bien (los primeros resultados de los ensayos clínicos son muy prometedores, ya que además de demostrar que la inmunización es segura, también concluyeron que provee una doble defensa compuesta por anticuerpos y células T), el gigante farmacéutico AstraZeneca será el encargado de la producción de millones de dosisgracias también a las negociaciones de las que formó parte Gilbert, que no solo sabe de ciencia, sino de búsqueda de fondos y de procesos de fabricación.

Pese a que la experta aclaró en abril que «nadie puede dar garantías, nadie puede prometer que va a funcionar y nadie puede darle una fecha definida, pero tenemos que hacer todo lo que podamos tan rápido como podamos», a principios de julio expresó que su vacuna tiene un 80% de probabilidades de ser efectiva. El mundo contiene la respiración y cruza los dedos mientras ella trabaja en lo que podría ser un hito de la ciencia, al conseguir en meses algo para lo que normalmente se tardan años, y deseando que tenga razón. Porque su éxito será el de todo el planeta.

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