A esta hora en La Paz, Cesar, cuna del Jilguero de América, Jorge Oñate, todos tararean sus canciones. Las letras de sus interpretaciones legendarias invaden cada rincón de su pueblo que hoy con llanto lo despiden.
La plaza principal de La Paz se habilitó la tarima para que los habitantes de esa población dieran su despedida al maestro.
El féretro reposa en la tarima, horas antes de ser sepultado esta tarde mientras se amplifican los temas de la época dorada del artista.
Se espera que en horas de la tarde compositores y cantantes acudan a la tarima para, como homenaje sentido, interpretar las canciones inmortales del Ruiseñor del Cesar.
Como se recordará, ayer se decretaron tres días de duelo por la muerte del cantante.
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